LOS ENSAYOS
El primer ensayo nos ha
ayudado a organizarnos un poco en cuanto a la colocación de los personajes en
el escenario, cómo nos íbamos a mover por él y desde dónde salíamos o
entrábamos en escena.
Este ha sido solo el
comienzo, porque a lo largo de los siguientes días hemos tenido que modificar y
perfeccionar muchos aspectos.
Una dificultad con la
que nos hemos encontrado, que para mí ha sido la máxima preocupación hasta el
final, ha resultado ser el no poder practicar nuestra obra en el escenario
real.
Hemos cambiado el
espacio de ensayo en múltiples ocasiones: primero en el aula del instituto
Santa María y en su patio, después en un aula de la Universida. Y por último, los siguientes ensayos hasta el día de la obra,
los hemos llevado a cabo en una de las salas de conferencias de la UIB. Además, en un par de ocasiones pudimos contar con el patio de María para ensayar, y el último día representamos allí la obra con todo el decorado y los disfraces para hacernos una idea de cómo iba a quedar.
La ventaja de variar tantas veces para ensayar es que ha
favorecido que, poco a poco, hayamos sido capaces de adaptarnos a diferentes
espacios (grandes, pequeños, exteriores, interiores,…).
Una vez realizados los
primeros ensayos, nos dimos cuenta que, quizás otra dificultad con la que nos
podíamos encontrar era cuadrar temporalmente la obra. Es muy fácil escribir una
historia, detallar los diálogos, contar lo que va sucediendo,… Pero cuando
realmente te pones a escenificarla te das cuenta que hay cosas que no pueden
suceder de la misma forma.
Por esta razón, aunque el guión se ha seguido para
representarla, aspectos cómo algún diálogo, la forma de movernos por el
espacio,… han ido sufriendo transformaciones que han ayudado a crear una mayor
fluidez en la historia.
Además, durante los
diálogos y, sobre todo, cuando debíamos empezar a cantar algunos de los temas,
la obra se quedaba parada, faltaban frases o gestos para poder enlazarlo. Así
que a lo largo de los ensayos fuimos añadiendo detalles que proporcionaban
fluidez al desarrollo de la obra.
Cuando ya hemos podido
organizar temporalmente la historia, el siguiente reto ha sido la
interpretación de los personajes y de las canciones de cada una.
Personalmente, esto ha
resultado una pequeña dificultad para mí. Yo soy una persona bastante
vergonzosa y, aunque me he encontrado cómoda entre mis compañeras, reconozco
que me produce cierta timidez expresarme y cantar delante de los demás. Sin
embargo, la ayuda de todas y sus consejos para moverme corporalmente o por el
escenario, han hecho que ensayo tras ensayo haya podido mejorar la
escenificación de mi personaje.
Mi personaje es la
tendera de la juguetería y la única persona humana de la obra. Además, yo soy
la primera en salir a escena y la que introduce lo que va a suceder. Quería
ofrecer una imagen alegre y expresiva, quizás como el presentador de un circo
que dice: “Señoras y señores, el
espectáculo va a comenzar”.
Poco a poco he conseguido
que mi personaje vaya adquiriendo esa idea previa y mi cuerpo ha ido adoptando
posiciones y gestos que creo que han mejorado la interpretación y ha ayudado a
crear la personalidad de la tendera.
Los demás personajes
también han ido cambiando a lo largo de los ensayos, consiguiendo que cada uno
tenga su propia identidad. Cabe destacar que esta se ha ido adaptando poco a
poco según la personalidad propia de cada una de nosotras.
En cuanto a la canción
de la tendera, quiero resaltar que ha sido bastante fácil de aprender y darle
el tono. Tiene un ritmo simple y una altura a la que cuesta poco llegar.
Esto es algo que hemos
tenido en cuenta a la hora de elegir las canciones y, sobre todo, que cada una
de nosotras se sintiese cómoda al interpretarla.
Por último, me gustaría
destacar que el mayor tiempo de trabajo en grupo lo hemos dedicado a los
ensayos, ya que pensamos desde un principio que si esto lo teníamos controlado,
nos iba a ofrecer mayor tranquilidad y seguridad en el escenario y se iba a reflejar
en el resultado final.
Si bien es cierto, que
hemos tenido días mejores y días peores pero no nos hemos desanimado y llegamos
a las semanas previas a la obra con la convicción que el día del estreno
saldría bien.
No quiero finalizar esta
entrada sin agradecer a nuestros fans de los ensayos. En algunos de ellos hemos
tenido espectadores fantásticos que nos han ofrecido su opinión desde un punto
de vista más objetivo, nos han aportado ideas, pero sobre todo, nos han dado
muchos ánimos para seguir en esta aventura.
También quiero agradecer
a los hijos de Sonia, que nos ha visto ensayar varias veces y que desde el papel de público han motivado
mi actuación.
Estas son algunas de las fotografías que hemos ido haciendo de nuestros ensayos:
El primer día en el aula de Santa María
En el aula de la UIB
En el patio de María
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