domingo, 2 de junio de 2013


LOS ENSAYOS

 
El primer ensayo nos ha ayudado a organizarnos un poco en cuanto a la colocación de los personajes en el escenario, cómo nos íbamos a mover por él y desde dónde salíamos o entrábamos en escena.
 
Este ha sido solo el comienzo, porque a lo largo de los siguientes días hemos tenido que modificar y perfeccionar muchos aspectos.
 
Una dificultad con la que nos hemos encontrado, que para mí ha sido la máxima preocupación hasta el final, ha resultado ser el no poder practicar nuestra obra en el escenario real.
 
Hemos cambiado el espacio de ensayo en múltiples ocasiones: primero en el aula del instituto Santa María y en su patio, después en un aula de la Universida. Y por último, los siguientes ensayos hasta el día de la obra, los hemos llevado a cabo en una de las salas de conferencias de la UIB. Además, en un par de ocasiones pudimos contar con el patio de María para ensayar, y el último día representamos allí la obra con todo el decorado y los disfraces para hacernos una idea de cómo iba a quedar.
 
La ventaja de variar tantas veces  para ensayar es que  ha favorecido que, poco a poco, hayamos sido capaces de adaptarnos a diferentes espacios (grandes, pequeños, exteriores, interiores,…).

 
Una vez realizados los primeros ensayos, nos dimos cuenta que, quizás otra dificultad con la que nos podíamos encontrar era cuadrar temporalmente la obra. Es muy fácil escribir una historia, detallar los diálogos, contar lo que va sucediendo,… Pero cuando realmente te pones a escenificarla te das cuenta que hay cosas que no pueden suceder de la misma forma.
 
Por esta razón,  aunque el guión se ha seguido para representarla, aspectos cómo algún diálogo, la forma de movernos por el espacio,… han ido sufriendo transformaciones que han ayudado a crear una mayor fluidez en la historia.

 
Además, durante los diálogos y, sobre todo, cuando debíamos empezar a cantar algunos de los temas, la obra se quedaba parada, faltaban frases o gestos para poder enlazarlo. Así que a lo largo de los ensayos fuimos añadiendo detalles que proporcionaban fluidez al desarrollo de la obra.

 
Cuando ya hemos podido organizar temporalmente la historia, el siguiente reto ha sido la interpretación de los personajes y de las canciones de cada una.
 
Personalmente, esto ha resultado una pequeña dificultad para mí. Yo soy una persona bastante vergonzosa y, aunque me he encontrado cómoda entre mis compañeras, reconozco que me produce cierta timidez expresarme y cantar delante de los demás. Sin embargo, la ayuda de todas y sus consejos para moverme corporalmente o por el escenario, han hecho que ensayo tras ensayo haya podido mejorar la escenificación de mi personaje.

 
Mi personaje es la tendera de la juguetería y la única persona humana de la obra. Además, yo soy la primera en salir a escena y la que introduce lo que va a suceder. Quería ofrecer una imagen alegre y expresiva, quizás como el presentador de un circo que dice: “Señoras y señores, el espectáculo va a comenzar”.

 
Poco a poco he conseguido que mi personaje vaya adquiriendo esa idea previa y mi cuerpo ha ido adoptando posiciones y gestos que creo que han mejorado la interpretación y ha ayudado a crear la personalidad de la tendera.
 
Los demás personajes también han ido cambiando a lo largo de los ensayos, consiguiendo que cada uno tenga su propia identidad. Cabe destacar que esta se ha ido adaptando poco a poco según la personalidad propia de cada una de nosotras.
 
En cuanto a la canción de la tendera, quiero resaltar que ha sido bastante fácil de aprender y darle el tono. Tiene un ritmo simple y una altura a la que cuesta poco llegar.
 
Esto es algo que hemos tenido en cuenta a la hora de elegir las canciones y, sobre todo, que cada una de nosotras se sintiese cómoda al interpretarla.
 
Por último, me gustaría destacar que el mayor tiempo de trabajo en grupo lo hemos dedicado a los ensayos, ya que pensamos desde un principio que si esto lo teníamos controlado, nos iba a ofrecer mayor tranquilidad y seguridad en el escenario y se iba a reflejar en el resultado final.
 
Si bien es cierto, que hemos tenido días mejores y días peores pero no nos hemos desanimado y llegamos a las semanas previas a la obra con la convicción que el día del estreno saldría bien.
 
No quiero finalizar esta entrada sin agradecer a nuestros fans de los ensayos. En algunos de ellos hemos tenido espectadores fantásticos que nos han ofrecido su opinión desde un punto de vista más objetivo, nos han aportado ideas, pero sobre todo, nos han dado muchos ánimos para seguir en esta aventura.
 
También quiero agradecer a los hijos de Sonia, que nos ha visto ensayar varias veces  y que desde el papel de público han motivado mi actuación.
 
Estas son algunas de las fotografías que hemos ido haciendo de nuestros ensayos:
 
 
El primer día en el aula de Santa María
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el aula de la UIB
 
 
 
 
En el patio de María


 




 



 

 

 

 

 

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