“TODOS SOMOS
IGUALES, TODOS SOMOS DIFERENTES”
(Una nueva mirada
hacia la inclusión)
Partir
de este pensamiento ofrece una perspectiva diferente hacia una nueva manera de entender la educación.
Todas las personas tienen los mismos derechos para acceder a una educación que
valore sus necesidades, intereses, … pero realmente cada individuo es único y
diferente a los demás. Desde la escuela debemos ofrecer a todos las mismas
posibilidades para desarrollar sus aprendizajes de forma individual.
La
asignatura de educación inclusiva me ha aportado personalmente esa nueva
mirada. Reconocer y valorar las diferencias, ofrecer las mismas posibilidades
para todos, buscar alternativas a una educación homogénea,… han sido algunos de
los aspectos sobre los que he podido profundizar.
Mi
idea ya era clara sobre la diversidad y cómo desde la escuela debemos ser
capaces de ofrecer oportunidades de aprendizaje para todos, independientemente
de sus características y teniendo en cuenta siempre sus intereses, ritmos de
aprendizaje, motivaciones,…Pero esto se trata de una idea demasiado general y
la teoría a veces no te ofrece una visión demasiado realista.
Hablar
de inclusión supone tener en cuenta muchos más factores, que si no
se valoran y se reflexiona sobre ello se quedan abandonados.
Los términos de integración, normalización, adaptación son términos sobre los que tengo más conocimientos y ampliar dichos conocimientos con el concepto de inclusión me ha hecho alcanzar un escalón más en mi formación. Después de leer algunos libros, artículos,... todavía he podido entender mejor lo que supone la inclusión y el camino largo pero esperanzador que constituye ofrecer equidad pero sin olvidarnos de que todos somos diferentes.
Me parece muy interesante recordar que la cooperación, el respeto, la tolerancia, el compromiso, entre otros muchos, son valores que la sociedad ha podido perder debido a la vorágine de cambios sociales, económicos, tecnológicos o políticos que hemos ido sufriendo a lo largo de la historia. Sin embargo, debemos ser conscientes de que dichos cambios no tienen que generar pérdida de valores sino que debido a las circunstancias generadas todavía debemos tener más presentes los valores y los derechos de las personas para poder convivir en paz y armonía.
La
educación inclusiva me ha hecho entender que todos somos diferentes y que contamos
con capacidades diversas. Es normal ya que el mundo está compuesto por personas
que cuentan con variedad de virtudes, defectos, cualidades, limitaciones,…,
cada uno somos únicos y tenemos necesidades diveresas.
Además, la discapacidad no debe suponer un problema sino que tenemos que ser capaces de entender que todos tenemos unas aptitudes particulares y no hay que pretender alcanzar una misma meta para todos. Cada uno tiene su ritmo, cada uno sigue su propio camino, unos llegarán antes otros llegarán después e incluso algunos no podrán llegar. Pero lo verdaderamente importante es seguir una evolución, reconocer las posibilidades y ofrecer las estrategias y herramientas que cada uno precisa para poder desarrollarse.
La escuela actual ya propone algunas de las cuestiones propias de la educación inclusiva, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, desde mi punto de vista el principal problema se encuentra en la eduación de la sociedad, en plantear un cambio de mirada y una propuesta de cambios a través de la reflexión y la evaluación de los procedimientos reales para conseguir un ajuste y un cambio de comportamiento interpersonal.
La frase que expongo en el título de mi entrada puede ser el punto de partida de una conciencia social que desemboque en adecuar la educación y la sociedad en general tenga en cuenta que la diversidad de capacidades es una característica inherente al ser humano y que no tiene que considerarse como un problema sino como una fortaleza que nos ayude a convivir, contribuir en función de nuestras propia habilidades y construir juntos un mundo de oportunidades reales para todos.
Además, la discapacidad no debe suponer un problema sino que tenemos que ser capaces de entender que todos tenemos unas aptitudes particulares y no hay que pretender alcanzar una misma meta para todos. Cada uno tiene su ritmo, cada uno sigue su propio camino, unos llegarán antes otros llegarán después e incluso algunos no podrán llegar. Pero lo verdaderamente importante es seguir una evolución, reconocer las posibilidades y ofrecer las estrategias y herramientas que cada uno precisa para poder desarrollarse.
La escuela actual ya propone algunas de las cuestiones propias de la educación inclusiva, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, desde mi punto de vista el principal problema se encuentra en la eduación de la sociedad, en plantear un cambio de mirada y una propuesta de cambios a través de la reflexión y la evaluación de los procedimientos reales para conseguir un ajuste y un cambio de comportamiento interpersonal.
La frase que expongo en el título de mi entrada puede ser el punto de partida de una conciencia social que desemboque en adecuar la educación y la sociedad en general tenga en cuenta que la diversidad de capacidades es una característica inherente al ser humano y que no tiene que considerarse como un problema sino como una fortaleza que nos ayude a convivir, contribuir en función de nuestras propia habilidades y construir juntos un mundo de oportunidades reales para todos.
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