domingo, 28 de octubre de 2012


TEMA 1

LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS COMO CONTEXTOS DE DESARROLLO

 
Ante este primer tema y a partir de la lectura de José M. Esteve “La aventura de ser maestro” me ha surgido una pregunta: “¿El maestro nace o se hace?”

 En la lectura hay una cita de M.de Unamuno que dice: “Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir…”

 Para conseguir esto no es suficiente con querer ser maestro sino que hay que contar con una serie de cualidades y habilidades que van a crear una buena base y a partir de aquí, la formación y la práctica educativa ayudarán en la construcción del propio maestro. Además, un maestro nunca termina de construirse, jamás llega al final de su camino, tampoco va a conseguir ser perfecto pero asume la responsabilidad de intentar mejorar cada día por el bien de aquellos a los que ayuda. Por lo tanto, el maestro nace, se hace y se rehace.

 Cuando la predisposición es buena, el camino del aprendizaje es más fácil. Siempre se aprende mejor aquello para lo que estamos más preparados. Entonces, las experiencias, las reflexiones personales y compartidas, los aciertos y errores,… contribuyen a desarrollarnos como docentes. En definitiva, como dice Unamuno “pensar y sentir”.

Para seguir un buen camino y conocer el proceso de enseñanza-aprendizaje podemos ayudarnos de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Pero también tenemos que contar con una serie de bases  que nos orienten y nos sirvan como punto de apoyo en aquellos momentos que no sabemos como continuar.

Paulo Freire nos ofrece “una visión integral y multidimensional acerca del proceso de enseñanza-aprendizaje”. Para él la educación no camina en solitario sino que está acompañada, es la suma de disciplinas como la filosofía, el arte, la medicina, la espiritualidad, la antropología, la sociología y la psicología. Todas ellas unidas para que la transformación sea bidireccional, es decir, de todos los individuos involucrados en el proceso educativo.

 

 

 
En este caso, la psicología es una de las 7 miradas que Freire propone y la que nos ayudará de una manera especial a entender como se aprende y los procesos internos que intervienen en dicho aprendizaje. Por esta razón, es muy importante que el maestro tenga conocimientos y comprenda adecuadamente el desarrollo del aprendizaje, fundamentándose en un marco teórico y, de esta manera,  guiarse para la actividad educativa.

 A lo largo de la historia, muchos han sido los teóricos que han  explorado, investigado, experimentado para generar diversidad de orientaciones metodológicas entorno al proceso de enseñanza-aprendizaje. Todos han aportado algo en un momento dado, produciendo una ampliación en las posibilidades de adquirir herramientas y estrategias para transformar el proceso educativo.

 La evolución de la sociedad y sus transformaciones a lo largo de la historia han ido generando diferentes estilos educativos, según las necesidades de cada momento. También han influido otros aspectos como: los valores, creencias, actitudes, cambios económicos, sistemas políticos,… pero, sobre todo, la imagen que se tiene de infancia y la valoración que se le ha ido ofreciendo a esta.

 Hoy en día, vivimos en una sociedad de continuos cambios y cada vez más acelerados. Nuestra labor como educadores ha cambiado con respecto a épocas pasadas, en las que el maestro era el encargado de transmitir conocimientos hacia un alumno pasivo y sin posibilidad de razonamiento. Por lo tanto, educar hoy nos plantea nuevos retos, que nos dirigen hacia la configuración de metodologías educativas  en las que el alumno sea capaz, tenga la posibilidad de reflexionar, cuestionar, criticar, valorar,… y todo ello para comprender e interpretar la realidad que le rodea.

 Sin embargo, no debemos olvidar que muchas teorías educativas ya nos ofrecían la posibilidad de formar a un individuo activo, relacionado con su entorno, capaz de descubrir o investigar aquello que le rodea.

 En resumen, no existe una forma de educar ideal o perfecta sino que cada uno deberá construir su propia teoría para desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje adapado, al alumno, al propio educador y al contexto real en el que vivimos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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